lunes, 12 de enero de 2015

PRÁCTICA DE OREDENADOR 1

DESCUBRIENDO LA PSICOLOGÍA AMBIENTAL A TRVÉS DE PUBLICACIONES ACADÉMICAS 

Los objetivos de esta primera práctica han consistido en explorar y familiarizarnos con los recursos académicos relacionados con la Psicología Ambiental. De este modo, hemos profundizado en el concepto de esta rama de la Psicología y descubierto sus principales líneas de investigación.

Nos hemos encontrado con diversas definiciones de Psicología Ambienta, y voy a destacar las siguientes:
  • “La psicología ambiental es la disciplina encargada de establecer las relaciones empíricas y teóricas entre la experiencia y la conducta del individuo con su medio construido” (Proshansky, 1976).
  • “La psicología ambiental es el área interdisciplinar con otras ciencias que atiende al estudio de las relaciones recíprocas entre la conducta y el ambiente. Constituye estrategias científicas para el desarrollo de soluciones a problemas ambientales de la comunidad, incluyendo los diversos niveles de análisis psicosocial” (Stokols, 1979).
  • La psicología ambiental es aquella área de la psicología cuyo foco de investigación es la interrelación del ambiente físico con la conducta y la experiencia humanas" (Holahan, 1982).
  • "La psicología ambiental es la ciencia que estudia las interacciones y relaciones entre la persona y su ambiente" (Proshansky, 1990).  
  • "La psicología ambiental es la ciencia de la conducta multidisciplinar, con orientación básica y aplicada, cuyo enfoque son las relaciones sistémicas entre el ambiente físico y social y la conducta y la experiencia humana individual" (Veitch y Arkkelin, 1995).


En resumen, podríamos definir  la psicología ambiental como aquella disciplina dirigida al estudio de las características del espacio, para determinar su influencia en el comportamiento, pensamiento y actitudes del ser humano, con el fin de mejorar la calidad de vida y la relación entre éste y su medio ambiente.

Hay que tener en cuenta que la Psicología Ambiental aborda todos los elementos, tanto reales como simbólicos, implicados en la relación  del ser humano con su entorno. Además no va a servir, entre otras cosas, para comprender la relación interactiva entre ambiente construido y conducta, para comprender el impacto de la conducta humana en el medio natural y las dificultades para su modificación, para ser conscientes de la relevancia de la gestión ambiental  en un futuro inmediato, y de las áreas laborales emergentes para el psicólogo ambiental en ese contexto, etc.

También es relevante mencionar que antes de los años 60, ya Barker (1968) afirmó  que las conductas de muchos individuos en ciertas situaciones son más similares que la conducta de un único individuo en diversas situaciones. Según Barker, no podríamos hacer ninguna predicción sobre la conducta humana sin conocer la situación o contexto  en la que esta conducta ocurre.

Entre 1960 y 1980,  se institucionaliza esta disciplina (Psicología Ambiental) y pasa a ser considerada una materia con identidad propia dentro de la Psicología (Proshansky, Ittelson & Rivlin: Enviromental psychology:man and his physical setting [1970]); Centros de Investigación USA dependientes del National Institute of Mental Health; etc.).  También hay que mencionar que hubo un periodo de consolidación y desarrollo (desde 1980), por la cual la PSICOLOGÍA Ambiental ya es una disciplina consolidada y ya empiezan a darse a luz muchos programas docentes e investigadores en muchas universidades del mundo (Journal os Environmental Psychology; en 1981 se funda IAPS (International Association for People- Environment Studies;); Psicología Ambiental (Aragoneses & Amérigo, 1998, 2002,2010); etc.).

Los factores que han contribuido al desarrollo de la Psicología Ambiental como disciplina son:
  • La calidad del entorno se incorpora a los estudios sobre calidad de vida (urbana).
  • Difusión de estudios sobre degradación del ambiente. Divulgación de la ecología. Movimiento ecológico. Sensibilización. 
  • Como ciencia: Interés por la influencia del espacio en el comportamiento: Los trabajos de Ittelson & Proshansky en Nueva York. Impacto de la arquitectura de los psiquiátricos en la conducta de los internos.
  • El interés de la Arquitectura y la llamada Psicología Arquitectónica: Osmond (Sociófugo vs. Sociópeto); Sommer (Territorialidad humana, espacio personal). Canter, D. (1972). Psychology for Architects. 
  • El interés de la Geografía, la Geografía Conductual y la Geografía Humana. 
  • Agenda política en temas de conservación: Cumbre Mundial de Río (92) / Protocolo de Kyoto: Cambio climático (emisiones).


No debemos olvidar, y respondiendo a la segunda pregunta de la práctica de ordenador, que las dos líneas de investigación en Psicología Ambiental son: La Psicología Arquitectónica y La Psicología Ecológica (Psicología Verde o Psicología de la Conservación). 

Por un lado, hay que tener presente que la psicología puede y debe jugar un rol en todo proyecto arquitectónico, por cuanto el arquitecto tiene la responsabilidad de crear los diversos ambientes que pueden influir en los estados de ánimo de los moradores de estos espacios, sin importar si éstos están destinados a intereses privados, públicos o institucionales. Podemos mencionar aquí al filósofo chino Lao-Tsé; uno de sus pensamientos más llamativos, vinculado al tema de la arquitectura y su unión con la psicología, el espacio y la persona, aparece en la introducción que la psicóloga Cachia realiza en el análisis de un caso clínico con niños, cuya frase extraída de las enseñanzas del maestro chino expresa que “una vasija puede ser muy bella, bien ornamentada, grande o pequeña, pero que su real y verdadera utilidad reside y radica en su... vacío”.

Por otro lado, si hay que buscar un referente para la aparición de la psicología ecológica, ese es  Kurt Lewin, quién influyó con su famosa ecuación “la conducta es una función de la interacción persona y entorno, C= f(P x E)”, muchos de sus seguidores han desarrollado esta cuestión, donde se ha hecho hincapié en la situación donde la conducta tiene lugar. Este es el origen de esta rama de la psicología. La Psicología Ecológica intenta estudiar cómo afecta el medio natural al ser humano y como éste afecta a la naturaleza.

Hay que tener en cuenta que, tanto el ambiente natural como el ambiente construido, pueden adquirir el rol de variables independientes que afectan a la conducta, y a la inversa, produciéndose una retroalimentación. Las opciones elegidas en la búsqueda en la práctica de ordenador fueron las siguientes:

La Psicología Arquitectónica:
-Psicología y Arquitectura: Notas breves.
(http://www.paginaspersonales.unam.mx/files/135/2012-04-25-220634_Arq_y_Psico_Muntanola_ok.pdf).

-Architecture, Psychology, Space and Individual.
(http://mingaonline.uach.cl/scielo.php?pid=S0718-72622009000200003&script=sci_arttext&tlng=es).

-Vida urbana y experiencia social: variedad, cohesión y medio ambiente.
 (http://polired.upm.es/index.php/boletincfs/article/view/2239/2321).

La Psicología Ecológica:
- Calidad de vida y medio ambiente. Ps. Ambiental.
(http://www.redalyc.org/pdf/373/37303003.pdf).

- Psicología Ambiental. La preocupación por el medio ambiente.
(http://www4.ujaen.es/~spuertas/Private/Tema%209.pdf).

- Creencias y comportamiento ecológico: un estudio empírico con estudiantes brasileños. (http://mach.webs.ull.es/PDFS/Vol6_1/VOL_6_1_b.pdf).


Por último, y antes de pasar a la siguiente práctica, hay que dejar constancia de ciertos conceptos que se deben tener claros como son:
  • El espacio sociópeto y sociófugo. El primero es aquél que incrementa las posibilidades de que la gente establezca contacto y se comunique, mientras que el segundo reduce la posibilidad de que se establezcan intercambios comunicativos. Un ejemplo de espacio sociófugo  es la disposición habitual  de los asientos  en hospitales, aeropuertos y otros sitios de espera. Su configuración en hileras, fijas al suelo, dificulta girar el cuerpo hacia los lados  y obliga a mirar hacia el frente, reduciendo la posibilidad de comunicación entre sus circunstanciales ocupantes.  Los espacios sociópetos  son más contextuales, por ejemplo, la cafetería de la universidad,  ya que favorece la posibilidad de establecer comunicación  debido a la proximidad de las mesas y a la facilidad para encontrar temas en común con los demás concurrentes.
  • Territorialidad humana.  Con la intención de ofrecer  una definición de territorialidad que abarque  la mayoría de aspectos, Gifford (2007) la define como un patrón  de conductas  y actitudes sostenido por un individuo  o grupo, basado  en el control percibido, intencional o real de un espacio físico definible, objeto o idea, y que puede llevar la ocupación habitual, la defensa la personalización y la señalización de éste.
  • Desarrollo sostenible. El término “desarrollo sostenible” surge como consecuencia de la preocupación por la excesiva explotación de los recursos del planeta. La publicación del informe Los límites del crecimiento (Meadows et al., 1972) supuso un decisivo aviso sobre las posibles consecuencias indeseadas del crecimiento económico. La evolución prevista en el informe respecto a variables como la población mundial, la producción industrial, la disponibilidad de materias primas, la contaminación o la producción de alimentos presentaba perspectivas claramente negativas para las primeras décadas del siglo XXI, en caso de continuar las tendencias observadas. La definición podría ser la siguiente: Desarrollo que satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades (Comisión Mundial del Medio Ambiente y del Desarrollo, 1988).
  • Cambio climático. Se llama cambio climático a la modificación del clima con respecto al historial climático a una escala global o regional. Tales cambios se producen a muy diversas escalas de tiempo y sobre todos los parámetros meteorológicos: temperatura, presión atmosférica, precipitaciones, nubosidad, etc. En teoría, son debidos tanto a causas naturales (Crowley y North, 1988) como antropogénicas (Oreskes, 2004).



BIBLIOGRAFÍA
  • Amérigo, M., & Aragonés, J. I. (Coordinadores); (2010). Psicología Ambiental (págs. 27-34; 129-132). Madrid: Pirámide. 
  • Pol, E., Valera, S. & Vidal, T.; Apuntes de Psicología Ambiental (unidad 1). Barcelona, Universitat de Barcelona. Departamento de Psicología Social.
  • Vozmediano, L.; (2014). Apuntes Psicología Ambiental (tema 1).Donostia, Universidad País Vasco/ Euskal Herriko Unibertsitatea.

PÁGINAS WEB CONSUTADAS
  • http://www.ub.edu/psicologia_ambiental/uni1/1120.htm 
  • Journal of Environmental Psychology 
  • Environment and Behaviour 
  • http://www4.ujaen.es/~spuertas/Private/Tema%209.pdf

PRÁCTICA DE ORDENADOR 2

ÁMBITOS PROFESIONALES DEL PSICÓLOGO AMBIENTAL

En esta segunda práctica los objetivos han sido distintos. Éstos iban dirigidos a la adquisición de un mayor conocimiento de los ámbitos profesionales relacionados con la psicología ambiental. Existen numerosos ejemplos de dichos ámbitos, como pueden ser los relacionados con: 
  • La investigación sobre participación ciudadana en el desarrollo de las Agenda 21 locales.
  • Los estudios sobre percepción de seguridad y diseño urbano.
  • La evaluación social de las transformaciones urbanísticas.
  • Los estudios sobre el comportamiento ecológico para la definición de los Planes de Residuos Urbanos.
  • Los estudios sobre preferencias paisajísticas.
  • Mediación y gestión de conflictos ambientales, como los espacios naturales protegidos.
  • La influencia de la contaminación acústica en el comportamiento.
  • Los estudios sobre satisfacción residencial.
  • Los usos del espacio urbano, como podría ser la movilidad.

Más concretamente, en esta segunda práctica de ordenador debíamos de buscar tres ámbitos profesionales que nos resultaran interesantes indicando, a su vez, si son de ámbito público o privado, los objetivos que persigue y el papel que ejerce el psicólogo ambiental. Los tres ámbitos que nos resultaron cautivadores fueron: la arquitectura; la preferencia paisajística; y la contaminación acústica.


La Arquitectura:

Público o privado: Privada.

Objetivos que se persiguen en éste ámbito: es cierto que existe una relación entre la psicología ambiental y la disciplina arquitectónica; ambas persiguen, entre otros fines, la búsqueda  de unos indicadores urbanísticos de calidad. La psicología ha ayudado en muchos momentos a la arquitectura a autodefinirse, a conocer las características de cada momento cultural y a prever las consecuencias del diseño. Las propiedades colativas (novedoso, sorpresivo, privado y conflictivo) del ambiente, nos proporcionan información pertinente para ofrecernos experiencias y conocimiento  clave  para entender en espacio (Galindo, Gilmartín y Corraliza, en Aragonés y Amérigo, 2011). Los objetivos que se buscan, según los profesionales serían:
  • Favorecer la experiencia emocional positiva con el ambiente físico. El proceso de socialización ha fomentado la atribución de significados a los estímulos que percibimos y gran cantidad de espacios suscitan cierto conocimiento no locativo (Dows y Stea, 1977) en los usuarios (significado atribuido al ambiente). 
  • Convertir el espacio físico en sociópeto  ya que es el que incrementa las posibilidades de que la gente establezca contacto y se comunique (contrario al espacio sociófugo). Es decir, convertir el espacio físico en un lugar que estimule la interacción social armónica de los individuos, que cuenten con características funcionales que permitan realizar de un modo adecuado las actividades previstas por los usuarios de la zona. 
  • Atraer la atención de los individuos hacia estímulos del ambiente físico de origen antropogénico. 
Papel del psicólogo ambiental: trata de analizar el contexto social, tanto en el municipio como en el vecindario, para diseñar los ajustes necesarios en el ambiente que favorezcan una adecuada convivencia entre los miembros de la comunidad. Además, también analiza el funcionamiento de las ciudades ya existentes para llevar a cabo las recomendaciones necesarias sobre la modificación del espacio urbano.

¿Qué os ha resultado interesante de este ámbito?: en una puesta en común, concretamos que resulta interesante la iniciativa de promover espacios residenciales donde la interacción entre personas se pueda dar con mayor facilidad, sobre todo hoy en día donde hay un exceso de avenidas y alta ausencia de espacios de ocio libres. Se debería considerar muy en serio el hecho de fomentar el uso de zonas públicas reduciendo el uso de zonas privadas.


La preferencia paisajística:

Público o privado: pública.

Objetivos que se persiguen en éste ámbito: trata de averiguar cuál es la proporción espacial adecuada para poder construir un medio urbano más adaptado a las características de los ciudadanos de dicho centro urbano.  Algunos trabajos, como el de la implementación de programas de concienciación sobre los recursos naturales, se centran en el fomento de conductas de desarrollo sostenible que se define como: “el desarrollo que satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades” (Comisión Mundial del Medio Ambiente y Desarrollo, Naciones Unidas, 1987). Existen una serie de objetivos específicos en este ámbito, que pueden resumirse en: 
  • Determinar una estructura de preferencias por los paisajes de la población. 
  • Detectar diferencias en la estructura espacial y visual del territorio en las dimensiones de preferencias paisajísticas. 
  • Analizar la relación entre las preferencias paisajísticas y la diversidad espacial y visual del territorio. 
  • Favorecer los importantes beneficios intangibles, de carácter emocional y restaurador de las tensiones de la vida diaria que aporta el paisaje natural (Kaplan y Kaplan, 1989) 
  • Mediante la valoración social provocando que no sea percibido como un escenario para realizar actividades humanas. 
Papel del psicólogo ambiental: estudiar la valoración y percepción de los usuarios de cierto entorno físico con el objetivo de fomentar el atractivo turístico de una ciudad. Además, la labor del profesional se centra, por otra parte, en la valoración y análisis de los agentes causantes del deterioro ambiental, tanto en un espacio construido como en un espacio natural.

¿Qué os ha resultado interesante de este ámbito?: Es atrayente el interés que tienen algunos psicólogos ambientales por trabajar en este ámbito, sobre todo en lo referente a valoración de qué agentes modifican el paisaje. También es interesante la existencia de programas que fomentan el aprovechamiento de los recursos naturales de ciertas áreas geográficas.


La contaminación acústica:

Público o privado: pública.

Objetivos que se persiguen en éste ámbito: trata de conocer los focos de contaminación acústica potencial, temporales o fijas, que pueden afectar a las poblaciones de especies de fauna silvestre forestal. Es transcendental tener en cuenta que los cambios de origen antropogénico son los que mayor impacto tienen en el medio ambiente y, consecuentemente, en la calidad de vida humana. Varios objetivos que se pueden perseguir en este ámbito son los siguientes: 
  • Determinar los daños o efectos producidos por diferentes tipos de ruidos. 
  • Dar fundamentos para la elaboración de reglamentación normativa focalizando la atención en la prevención del estado de salud de los individuos y el funcionamiento adecuado de su vida cotidiana. 
  • Aislamiento de ruidos domésticos en viviendas particulares para eliminar la percepción de no poder decir lo que se desea en el propio domicilio. 
  • Reducción del uso de combustibles fósiles en los vehículos. 
  • Promocionar un uso sostenido de los recursos naturales y posibilitar su utilización recreativa. 
Papel del psicólogo ambiental: trata de analizar los posibles efectos sobre el conjunto de las variables medioambientales, trabajando multidisciplinarmente con otros profesionales. Así como, el fomento de políticas de protección medioambiental mediante la investigación del impacto nocivo de fuentes acústicas de gran potencia en la calidad de vida de la fauna y la flora. 

¿Qué os ha resultado interesante de este ámbito?: nos hace reflexionar en el hecho de que la contaminación acústica no solo afecta a la población humana sino que también tiene repercusiones serias sobre el resto de especies animales. 


BIBLIOGRAFÍA
  • Amérigo, M., & Aragonés, J. I. (Coordinadores); (2010). Psicología Ambiental (págs.82-90). Madrid: Pirámide. 
  • Castro, R. (1997). Psicología Ambiental y Conservación del entorno. Papeles del Psicólogo, ISSN 0214-7823. Consejería de Medio Ambiente. Junta de Andalucía. 
  • Palomares, J. Reflexiones sobre Arquitectura y Ciudad: Espacios Sociopetos y Sociofugos. Recuperado de: https://arqjespalfra.wordpress.com/7-espacios-sociopetos-y-sociofugos/ 9 
  • Verzini de R., A.M. & Biassoni, E.C. (1998). La Contaminación Sonora desde la Perspectiva de la Psicología Ambiental: Breve Reseña de Estudios Realizados. Revista de Psicología General y Aplicada, 51(3-4), 517-532. Córdoba (Argentina): Centro de Investigaciones Acústicas y Luminotécnicas.

PÁGINAS WEB CONSULTADAS 
  • https://upcommons.upc.edu/e-prints/bitstream/2117/20531/1/paper18.pdf)
  • http://www.joseleearquitectura.com/blog/sobre-psicologia-ambiental-importancia-arquitectura/
  • http://www.ingurumena.ejgv.euskadi.net/r49-3074/es/contenidos/informe_estudio/contaminacion_acustica_vertebr/es_doc/adjuntos/memoria.pdf


PRÁCTICA DE AULA 1

LOS ESPACIOS RESTAURADORES 

“El ambiente es un territorio emocional” (Ittelson, 1973). El estudio del significado del ambiente  implica analizar la representación  interna  de la organización espacial, y de los elementos significativos en torno a los cuales  dicha representación se organiza. En este sentido, el significado del ambiente  es un aspecto del conocimiento ambiental. Downs  y Stea (1977) recuerdan la pertinencia  de la distinción  entre:
  • Conocimiento locativo: conocimiento sobre  las dimensiones de localización (ubicación de un espacio, estimación de distancias, …)
  • Conocimiento no locativo: referido a lo que un ambiente  es para el sujeto, a la experiencia psicológica del lugar (valoración de la apariencia, de los elementos salientes,…), siendo aquí donde se enmarca  el estudio del significado del ambiente.

El significado del ambiente es el conjunto de contenidos  que a un sujeto le posibilitan comprender “qué es para él un lugar. Los componentes del significado ambiental son:
  • El factor objetivo: los rasgos característicos  del diseño (mapas del delito).
  • El factor subjetivo: estudio de la representación interna  del marco físico. Este factor cuenta con dos paradigmas: mapas cognitivos (“el mapa cognitivo es un constructo que abarca aquellos procesos que posibilitan a la gente adquirir, codificar, almacenar, recordar y manipular la información sobre la naturaleza de su entorno. Esta información se refiere a los atributos y localizaciones relativas de la gente y los objetos del entorno, y es un componente esencial en los procesos adaptativos y de toma de decisiones espaciales" [Downs & Stea, 1973]) y dimensiones afectivas del ambiente (dimensiones descriptivas del ambiente; dimensiones que expresan facciones del ambiente; dimensiones de la experiencia  emocional del ambiente).
  • Los factores referenciales: aspectos que determinan  la interacción que se produce entre los rasgos objetivos del ambiente y las atribuciones de los sujetos: conocimiento, expectativas,  capacidad para usar los espacios, preferencias,….

No debemos obviar el proceso de apropiación del espacio, el cual, implica un progresivo aumento  de las capacidades de diferenciación, de articulación y de integración. Además, también hay que tener en cuenta los niveles del proceso de percepción ambiental:
  • Nivel de reconocimiento del marco físico. Caracterizado por la hipótesis del punto ancla (exploración  desde una localización familiar).
  • Nivel de valoración. Afirma que la información que procesamos es fruto  de una selección significativa  del conjunto de señales. Dicha selección depende  de la valoración en función de: el impacto afectivo del ambiente, y el desarrollo de un plan de apropiación que expresa metas, expectativas, etc.
De este modo vamos construyendo  una red ambiental de significados.
  • Nivel de adaptación. Es el resultado de la confrontación entre las expectativas y las posibilidades del espacio.

Por otro lado, hay que mencionar los tres ámbitos fundamentales en lo referente a la percepción del paisaje:
    • Estudios sobre las preferencias paisajísticas. El modelo informacional de kaplan y Kaplan (1989) combina la referencia, por una parte, a las necesidades del receptor (comprensión y exploración) y, por otra,  al tipo de estimulación (inmediata y diferida), que requiere el sujeto perceptor. Estas cuatro propiedades  quedan recogidas de la siguiente manera:
Comprensión | Exploración
Inmediato     |     Coherencia | Complejidad
Inferido | Legibilidad | Misterio


Según el modelo, valoraremos en el paisaje si se trata de:
  • Un paisaje en el que resulte fácil la orientación, si pudieras caminar a través de él, y que ofrezca la seguridad de no perderte. →  Legibilidad.
  • Un paisaje que prometa y sugiera más información  si tuviéramos la oportunidad de caminar a través de él, y, además, invita a explorar lo no visible. →  Misterio.
  • Un paisaje en el que haya muchas cosas diferentes y, por tanto, que contenga una gran variedad  de elementos.  →  Complejidad.
  • Un paisaje en el que los elementos  combinen bien, sean congruentes  y “peguen” bien entre sí.  → Coherencia.

Otro de los modelos teóricos importante en este ámbito es El Modelo de Appleton (1980), quien afirma que la preferencia paisajística  tiene que ver con una serie de patrones de conducta. Además, defiende  la teoría  de la preferencia panorámica-refugio, la cual, afirma que la preferencia, incluso estética, de determinados medios, viene condicionada por su idoneidad para los procesos de supervivencia y adaptación ambiental de la especie humana. Es decir, que un lugar que ofrezca ventajas para la caza, por ejemplo, aumentará el placer estético que al contemplarlo podamos sentir. También podemos mencionar que este autor  prioriza  la estructura del paisaje, frente a su contenido.

Por último, mencionar dos conceptos muy importantes de este ámbito, que son:
  • La fitofilia: se la podría definir como la  afinidad protectora hacia los principios concienciales en su estado vegetal.
  • La hidrofilia: adaptación de muchas plantas espermatofilias que aseguran su polinización por medio del agua.
    • Paisaje sonoro. El sonido no puede concebirse solo  como elemento  de degradación del entorno, ruido, y las intervenciones no tienen por qué ser solo defensivas.  El paisaje sonoro también puede ser un elemento  que contribuye al significado del espacio: los estudios muestran que el sonido enriquece  la construcción de un espacio visual.
    • Espacios restauradores. La restauración psicológica es un proceso complejo y complicado en espacios que son considerados como fuentes de estrés e inseguridad y provocan notables dificultades en la recuperación de los recursos cognitivos y de la respuesta fisiológica necesaria. Ulrich (1981), en su Teoría de Recuperación del Estrés, afirma que estar en ambientes naturales reduce el estrés, promoviendo así la recuperación. “El estrés tiene una contrapartida en el concepto de restauración y de espacios restauradores. Hay muchas sugerencias sobre cómo deben ser diseñados determinados tipos de espacios dentro de las ciudades y dentro de los espacios construidos, en relación con los entornos residenciales  o con las edificaciones  en las que, ideas que sirven para crear diseños con una capacidad positiva  de contribuir a la salud psicológica de las personas, al bienestar psicológico de las mismas, en otras palabras, a la calidad de vida (Fernández B., 2011)”.Kaplan y Kaplan (1989), Kaplan (1995) desarrollaron la Teoría de la restauración de la atención, que dice que en el entorno urbano y en nuestra vida diaria nos vemos influenciados por la atención dirigida (necesidad de prestar atención a algo que no atrae nuestra atención por sí mismo). La restauración de esta capacidad dirigida, del bienestar psicológico,  y la reducción de la fatiga, puede lograrse de distintas maneras, entre ellas, un modo alternativo de atención: atención involuntaria. Según estos autores, las cualidades del paisaje que lo hacen restaurador son:
        • Fascinación: atrae la atención involuntaria.
        • Being away: sentimiento de estar en un mundo diferente.
        • Extensión Suficiente: variedad y coherencia para observar  y   experimentar  un ambiente en sí mismo.
        • Compatibilidad: con los propósitos  y preferencias personales.  
                 Existen resultados de investigación empírica en el campo de la capacidad                     restauradora:
      • En general se perciben los ambientes naturales como más restauradores que los urbanos.
      • Las preferencias personales están influenciadas por las necesidades de restauración y las creencias sobre los lugares más apropiados para que la restauración se produzca.
      • El contacto con ambientes naturales puede promover eficazmente la restauración del estrés y la fatiga mental.
      • Existen impactos positivos en la salud derivados del contacto con ambientes naturales (presión arterial).

En éste último ámbito (espacios restauradores), se centra la práctica de aula (Anexo I), en la cual se nos pide revisar el instrumento “Perceived Restorativeness Scale (PRS) de Hartig, Kaiser & Bowler (1997)”, el cual contempla las cualidades que hacen restaurador a un paisaje, a través de sus subescalas:
       - Being Away (BA) – Evasión
       - Fascination (FA) – Fascinación
       - Coherence (CO) – Coherencia
       - Compatibility (CM) – Compatibilidad


Por otro lado, se nos pide mencionar, en pequeños grupos, algunos lugares que nos resulten “restauradores”. En nuestro caso, elegimos los siguientes:
  • La playa de La Concha. Desde mi punto de vista, me proporciona evasión ya que cuando bajo a pasear por la playa rompo con la rutina, olvidándome de los problemas, proporcionándome un tiempo para relajarme. Además, el propio paisaje, las vistas hacia el mar, me fascina, para mí es algo bello, algo de lo que no puedo disfrutar cuando estoy en mis tierras de origen. También lo considero un  lugar armonioso y sereno, en el que suelo tener la sensación de pertenecer a ese lugar, donde puedo conocerme mejor a mí mismo.
  • Los jardines del Palacio de Miramar. Es un espacio en el que consigo evadirme del mundo, pero no tanto como en la playa de la Concha; el hecho de sentarte en el césped, cerrar los ojos y disfrutar de la brisa, hace que aparezca en sentimiento de estar en un mundo diferente. No obstante, también creo que es un lugar en el que se puede obtener esas sensaciones comiendo con los amigos y manteniendo una conversación, de esta manera también se puede conseguir esa tranquilidad y armonía.
  • El Monte Urgull. Quizá sea el espacio en el que he conseguido más paz y tranquilidad. Es un lugar en el que puedes escapar de la presión, las prisas, la rutina, las tareas del día a día. Subir al atardecer, sentarse y observar como rompen las olas, mirar la inmensidad del océano y ver como el sol va escondiéndose, me permite disfrutar de manera realmente transcendente de  todas  las cualidades que debe tener un paisaje restaurador.

Por último, contestando a la última parte de la práctica, considero que, en San Sebastián, existen zonas, como Amara, Lo Viejo o Aiete, que no cuentan las cualidades que he mencionado anteriormente, en estas áreas, podrían añadir baños públicos, más fuentes luminosas (hay varias zonas por las que da cierto miedo pasar debido a la oscuridad), añadir más papeleras, sobre todo el barrio de lo viejo, etc. Otro ejemplo, podría ser el del Campus Universitario,  en el cual podrían incorporar fuentes de agua, más árboles que den sombra, bancos con mesas adecuados para poder comer o descansar (en vez de las estrellas que hay ahora), zonas cubiertas que no estén cerca de las cafeterías, y también podría intentar mejorar el temas de la luz y del sonido en las clases del Aulario, que tanto profesores como alumnos están disgustados.



BIBLIOGRAFÍA
  • Amérigo, M., & Aragonés, J. I. (Coordinadores); (2010). Emoción y ambiente (págs. 59-75). Madrid: Pirámide.
  • Vozmediano, L.; (2014). Apuntes Psicología Ambiental (tema 2).Donostia, Universidad País Vasco/ Euskal Herriko Unibertsitatea.

PÁGINAS WEB CONSULTADAS 
  • Vídeo: Espacios Restauradores.
    (http://psicologiaambientalhoy.blogspot.com.es/2011/05/baltasar-fernandez.html)
  • http://www.ub.edu/psicologia_ambiental/uni2/2322.htm
  • http://www.plataformademocratica.org/Publicacoes/Publicacao_6455_em_17_05_2011_15_59_02.pdf

PRÁCTICA DE AULA 2

IDENTIFICACIÓN DE ESTILOS COGNITIVOS, ELEMENTOS Y DISTORSIONES EN MAPAS  COGNITIVOS REALES 

La cognición ambiental resulta un tema bastante novedoso, dado el ámbito específico  en donde se ha desarrollado, a pesar de recurrir a este tipo de conducta en todos los desplazamientos reales  o imaginados por el espacio, y de haber sido objeto de estudio  de forma sistémica durante los últimos cincuenta años.

La acuñación del término  mapa cognitivo se debe  a Edward C. Tolman y a su artículo escrito en 1948, “Cognitive maps  in rats and men”. Este autor se refiere al constructo mapa cognitivo para explicar los procesos de aprendizaje de las ratas; suponía que se establecía en sus cerebros  algo análogo a un mapa de rutas, y que este supuesto mapa era lo que determinaba su comportamiento. Existen numerosas definiciones  sobre mapa cognitivo, entre ellas:
  • “El mapa cognitivo o esquema sociotemporal es un constructo hipotético del que inferimos su existencia al observar la conducta y los relatos introspectivos. Se conoce poco sobre su neuropsicología, más allá de una idea aproximada de donde se almacena en el córtex. No se entiende la forma o formas en las que se codifica y almacena" (Lee, 1976).
  • “El mapa cognitivo es un mapa mental. El dibujo de la ciudad que una persona lleva en su mente: las calles, barrios, plazas que son importantes para ella, de alguna forma enlazadas y con una carga emocional adjunta a cada elemento" (Milgram,1977).


No obstante, de entre todas las definiciones que pueda haber, una de las más referidas es la de Downs y Stea (1973, p. XIV): “El mapa cognitivo es un constructo que abarca aquellos procesos que hacen posible  a la gente adquirir, codificar, almacenar, recordar y manipular la  información  acerca de la naturaleza  de su ambiente espacial. Esta información se refiere a los atributos  y localizaciones relativas  de la gente y de los objetos en el ambiente y es un componente esencial  en los procesos adaptativos de la toma de decisiones espacial”

Sin embargo, la referencia fundamental en la génesis de la línea de investigación sobre mapas cognitivos  en este campo de la Psicología Ambiental se debe a kevin  Lynch y la publicación, en 1960 de su libro “The Image of the City”. Este autor argumentaba que este fenómeno tenía una función de orientación al individuo en relación al ambiente, y que estaba relacionado con la legibilidad (facilidad con que un entorno puede ser reconocido, organizado en unidades recordables, aprendido y recordado) y la imaginibilidad (capacidad para suscitar una imagen distintiva en cualquier observador). Hay que destacar que la legibilidad de ciudades y edificios ha tenido una importancia creciente, este hecho lo podemos ver en los hospitales, en las residencias de ancianos…, además, las ciudades antiguas y modernas difieren enormemente en legibilidad, es decir, en las primeras se refleja más el aspecto laberíntico, la historia, se puede observar que la legibilidad es baja; sin embargo, en las segundas, las modernas, se caracterizan porque las calles son paralelas y perpendiculares, favoreciendo así la orientación.

No debemos olvidar mencionar los estilos cognitivos que explican la memoria cartográfica (Appleyard). Nos encontramos con los siguientes estilos:
  • Representación cartográfica: Visión global, panorámica, similar a la que nos ofrece un mapa en papel (o digital): Tipo de mapa espacial.
  • Representación itinerante. No existe una visión panorámica de conjunto sino una operación “integradora” de hitos interconectados: Tipo de mapa secuencial.

Cabe destacar que la solución espacial puede ser reflejo de una mentalidad más cartográfica, con un sentido de la orientación más desarrollado o una mayor experiencia con el espacio. En la solución secuencial o itinerante puede identificarse un punto de partida y acabar cerrando el espacio en un punto distante del punto de partida inicial. Identificamos, por tanto, más distorsiones.

Es considerable tener en cuenta por qué  a los psicólogos les interesa el estudio de los mapas; pues ahora bien, les es relevante porque: se usan en la vida diaria: para trabajo, ocio o simplemente localizar una dirección; son artefactos culturales que pueden hacernos conceptualizar el espacio de modos que la experiencia directa no posibilita; y los niños están expuestos a ellos desde la infancia, pueden influir en su desarrollo de la cognición espacial.

En cuanto a las funciones psicológicas de los mapas cognitivos, destacar los siguientes: proporcionar un marco de referencia ambiental (la persona que no es capaz de relacionar el lugar en el que se encuentra con su contexto se encuentra perdida); organizar la experiencia social y cognitiva: guiones y escenarios de conducta; capacidad para generar decisiones acerca de acciones y planificación de secuencias de acción; contribuir a generar una sensación de seguridad emocional.

Por otro lado, también debemos mencionar los elementos de los mapas cognitivos:

Sendas. Son los conductos que sigue el observador normalmente, ocasionalmente o potencialmente. Pueden estar representadas por calles, senderos, líneas de tránsito, canales o vías férreas. Para muchas personas son éstos los elementos preponderantes en su imagen. La gente observa la ciudad mientras va a través de ella y conforme a estas sendas se organizan y conectan los demás elementos ambientales.

Bordes. Son los elementos lineales que el observador no usa o considera sendas. Son los límites entre dos fases, rupturas lineales de la continuidad. Estos bordes pueden ser vallas, más o menos penetrables, que separan una región de otra o bien pueden ser suturas, líneas según las cuales se relacionan y unen dos regiones.

Barrios. Son las secciones de la ciudad en las que el observador entra "en su seno" y que son reconocibles como si tuvieran un carácter común que los identifica. Son los territorios de la ciudad propios o ajenos y muy relacionados con la idea de identidad.

Nodos. Son los puntos estratégicos de una ciudad a los que puede ingresar un observador y constituyen los focos intensivos de los que parte o a los que se encamina. Es decir su importancia radica en el uso del observador. Pueden ser confluencias, sitios de ruptura o convergencia de sendas, momentos de paso de una estructura a otra.

Mojones. Son otro tipo de punto de referencia, pero en este caso el observador no entra en ellos, sino que le son exteriores. Por lo común se trata de un objeto físico definido con bastante sencillez, por ejemplo, un edificio, una señal, una tienda o una montaña. Pueden estar dentro de la ciudad o a tal distancia que para todo fin práctico simbolicen una dirección constante.

En el estilo cognitivo espacial se utilizan los mojones y los barrios; en el estilo cognitivo secuencial, sin embargo, se utilizan  las sendas y los nodos. En este tema de los mapas cognitivos no debemos olvidar un concepto relevante, “wayfinding” o “navegación”, función adaptativa que permite moverse  a través del ambiente  con eficacia  para encontrar  los lugares  a los que se dirige un individuo.  Cuando se traslada uno  a través de la ciudad la orientación se deposita  mayoritariamente  en los mojones  y en las intersecciones (Heft, 1979).

Muy importante es la existencia de las distorsiones y la percepción de distancias, de entre las cuales, se deben mencionar las siguientes:
  • Sesgo Euclidiano: tendencia a hacer paralelas o perpendiculares las calles, ángulos rectos los cruces de calles que no lo son, y rectas cuando hay curvas suaves.
  • La Buena Forma: añadir elementos que hacen más estructurado el entorno (estructuración inferencial); aumentar y distorsionar elementos con los que estamos emocionalmente implicados.
  • Estimación de Distancias (distancia cognoscitiva), la cual incluye: el Sesgo de segmentación, fragmentar un recorrido en segmentos altera nuestra percepción de la distancia total. La percepción de distancia aumenta proporcionalmente al nº de ángulos rectos que contiene la ruta. Por otro lado, también incluye: el Sesgo de la Escala supra-ordenada (para entender este sesgo, nos hacemos una pregunta, ¿qué ciudad está más al norte, Bilbao o Perpignan?, como puede observarse, y en contra de la opinión a priori generalizada, Bilbao se encuentra más al norte que Perpignan. La explicación de este error reside en que, al no tener información precisa sobre la latitud exacta de ambas ciudades hemos recurrido a la categoría espacial de orden superior: país. De esta manera todo queda mucho más claro: “Perpignan está en Francia y Bilbao está en España; puesto que Francia está más al norte que España, entonces sin lugar a dudas Perpignan está más al norte que Bilbao").

Teniendo en cuenta la teoría mencionada, procederé al análisis de los mapas dibujados en esta práctica de campo (Anexo II):

  • El primero de los mapas se corresponde con la ciudad de San Sebastián. Partiendo de los estilos cognitivos que explica Appleyard, podemos asegurar que el mapa es de tipo espacial, es decir, su representación es cartográfica, otorgándonos una visión global y panorámica del ambiente dibujado. La persona que lo retratado, centra sus puntos de referencia a la largo de toda la costa, destacando el Monte Igeldo, el Monte Urgull, la isla de Santa Clara y las dos playas (Ondarreta y La Concha); se puede deducir que la sujeto en cuestión ha visitado las zonas turísticas más representativas de la ciudad de Donostia puesto que también refleja en el mapa puntos de referencia como son El Buen Pastor, El Ayuntamiento y el Aquarium;  no obstante, en relación a los barrios, se ha centrado en tres: el barrio de Lo Viejo, el Centro y el barrio de Amara. Por último, también ha dejado marcada la zona del Campus Universitario. 
    Ahora bien, según la definición de los elementos  de los mapas cognitivos que presenta Lynch, este mapa contiene varios barrios (Lo Viejo, El Centro y el Barrio Amara); bordes (utiliza las playas para orientarse en el mapa geográficamente); también nos encontramos con un nodo (el puente que de paso al Kursaal, al barrio de Gros); en cuanto a los mojones, se pueden observar cinco (el aquarium, el ayuntamiento,  el Hotel María Cristina, el Buen Pastor, y El Campo Anoeta).
    Con respecto a las distorsiones que podemos encontrar en este mapa, destaco: La Buena Forma, ya que la persona ha recurrido al uso  de la estructuración inferencial, añadiendo elementos  que hacen más  estructurado el entorno como los tres barrios, los mojones, el puente y el campus; también ha aumentado o distorsionado elementos con los que está emocionalmente implicada, como el centro de la ciudad, que es prácticamente del mismo tamaño que la isla de Santa Clara; también se puede observar el sesgo de segmentación, puesto que la persona en cuestión percibe que ambas playas, la de Ondarreta y la de La Concha poseen la misma distancia.
  • El segundo mapa hace referencia al camino que sigue esta persona para llegar a la facultad desde su casa.  Se puede contemplar claramente como se corresponde con un mapa de carácter secuencial, es decir, el mapa  tiene una representación itinerante, en la cual no existe una visión panorámica  de conjunto sino una operación integradora de hitos interconectados. Antes de continuar, he de comentar que este mapa es bastante genérico y poco representativo y descriptivo. Siguiendo el esquema del análisis anterior, los elementos que nos podemos encontrar son: sendas (el camino que va desde su casa cerca del Kursal, hasta la parada de autobús situada entre el Aulario y la Bilioteca);  también encontramos bordes, las playas, para, como en el anterior mapa, situarse geográficamente; nodos (el puente del Kursal, o la rotonda cerca del Aulario); y varios mojones, como las cuatro paradas de autobús, el segundo puente que cruza al Kursal, o el edificio de la Biblioteca.
    En cuanto a los sesgos, nos encontramos con el de la Buena Forma, por los elementos que hacen más estructurado el entorno, como los edificios situados en las paradas del campus, el puente, y su casa.



BIBLIOGRAFÍA
  • Amérigo, M., & Aragonés, J. I. (Coordinadores); (2010). Cognición Ambiental (págs. 43-55). Madrid: Pirámide.
  • Vozmediano, L.; (2014). Apuntes Psicología Ambiental (tema 3).Donostia, Universidad País Vasco/ Euskal Herriko Unibertsitatea.


PÁGINAS WEB CONSULTADAS 
  • http://psychclassics.yorku.ca/Tolman/Maps/maps.htm
  • http://www.ub.edu/psicologia_ambiental/uni2/2327.htm


PRÁCTICA DE AULA 3

INTERVENCIÓN PSICO-SOCIO-AMBIENTAL EN DESASTRES

Esta práctica de aula  se caracteriza por la visita del profesor Cesar San Juan, psicólogo de catástrofes, quién nos ofreció un discurso a cerca del tema en cuestión. 

Una definición clásica, ampliamente aceptada y que se centra en los efectos sociales como ambientales, es la propuesta por Fritz (1961), que la describe como “cualquier hecho agrupado en el tiempo  y en el espacio, en el que una sociedad o una parte relativamente autosufiente  de la misma, vive un peligro severo, pérdidas humanas y materiales, y en el que la estructura social  se rompe y la realidad de todas o algunas  de las funciones esenciales de la comunidad se ve inhabilitada”.

Se debe tener en cuenta que existen diversos niveles de crisis que pueden ocasionar un desastre, los cuales están establecidos en base a sus consecuencias. Desde el menor nivel de gravedad hasta el más elevado nivel del mismo, los podemos catalogar en los siguientes:
  • Accidente: se caracteriza porque las personas implicadas son de fácil delimitación, con recursos suficientes para afrontar la situación y, además,  no provoca daño alguno en los sistemas sociales.
  • Emergencia: se caracteriza porque las personas implicadas son un grupo de individuos  con los recursos suficientes  para afrontar la situación de crisis. Sin embargo, en este caso, sí produce la ruptura  de la normalidad del sistema.
  • Desastre (tecnológico): se caracteriza porque implica a una parte importante de la población  que no cuenta con los recursos para hacer frente a la situación y, provoca una ruptura y daños severos en el sistema.
  • Catástrofe (natural): se caracteriza porque afecta a toda la comunidad, la cual necesita de ayuda  externa y provoca la destrucción de las estructuras sociales.

Existen otros parámetros que debemos contemplar, como los tipos de amenaza y el impacto psicosocial. En cuanto a la primera, aclarar que existen dos tipos: la amenaza tecnológica, que es aquella causada por el hombre (bomba atómica, Fukushima, Chernobil, Prestige, etc.); y, la amenaza natural, que son todas aquellas cosas que pueden ocurrir causadas por la naturaleza (terremoto, inundación, tsunami, etc.). El impacto psicosocial de todos estos tipos de peligro puede generar en la población una alta sensación de impotencia y frustración a causa de la impericia de los mismos para llevar a cabo conductas de afrontamiento; no debemos obviar el hecho de tener en cuenta si el impacto ha sido previsto o imprevisto, ya que es de este aspecto del que va a depender  la capacidad de reacción de los individuos.

Otro de los aspectos fundamentales en este ámbito es el nivel de vulnerabilidad de las personas en las situaciones de crisis. Dicha vulnerabilidad es entendida como la respuesta al desastre  en función de la relación entre los recursos y los factores estresores. Se pueden destacar:
  • La vulnerabilidad material. Destacada por la precariedad económica y porque no hay acceso a los recursos educativos y de salud. 
  • La vulnerabilidad social y organizativa. Se caracteriza porque el tejido social se encuentra desarticulado o es inexistente.
  • La vulnerabilidad motivacional o actitudinal. Destacada porque los valores culturales o religiosos son desfavorables a los procesos de participación social.
  • La vulnerabilidad ambiental. Caracterizada por la depredación de los recursos naturales.

Muy importante es tener presente que la intervención psico-socio-ambiental en catástrofes no puede limitarse solo al campo de la psicología clínica (apoyo psicológico inmediato y tratamiento en las fases posteriores), sino que además es fundamental  la intervención  de otras disciplinas en el campo de la psicología, como son:
  • La psicología social: basada en el análisis de las representaciones sociales, del comportamiento colectivo, las actitudes y la información (ej.: Mal de chagas).
  • La psicología comunitaria: basada en la gestión de riesgos en las diversas comunidades.
  • La psicología de las organizaciones: basada en la captación, la gestión, la selección y  la formación de equipos de trabajo.
  • La psicología ambiental: basada en la relación entre las conductas del ser humano y el entorno. 

Los desastres se desarrollan en una serie de fases, en las cuales, el desencadenante es la pérdida de control.  Comienza con la fase de emergencia, durante las primeras 72 horas, después llega la fase post-impacto, 72 horas a 3 meses después del fenómeno, y, por último, nos encontramos con la fase de estabilización, es decir, con el proceso de adaptación a las consecuencias que se desarrolla tras 3 meses desde el fenómeno). No obstante, en muchas ocasiones, también podemos encontrarnos con las siguientes fases:
  • La fase previa. Normalmente existe una  fase de estado previo que se caracteriza por el grado de preparación de las autoridades y de la comunidad para afrontar la catástrofe. Este momento tendría también  un carácter educativo, donde se trataría de favorecer una cultura preventiva. En la fase previa al impacto del hecho negativo, y en sus primeros momentos, es muy frecuente que las autoridades  nieguen o minimicen la amenaza.
  • La fase de alerta. Está delimitada entre el anuncio del peligro  y la aparición de la catástrofe. Este periodo se caracteriza por señales de alerta  que dan lugar a un estado  de ansiedad útil, es un tiempo para tomar en consideración las medidas de protección. Sin embargo, esta fase es gestionada sin instrucción e informaciones precisas, puede dar lugar a la propagación de rumores.
  • Las fases de shock y reacción. La fase se shock, breve y brutal, corresponde a una alteración afectiva, sensación de irrealidad, suspensión de las actividades cotidianas y desconcentración de la atención. Según las investigaciones longitudinales sobre las respuestas a catástrofes como la erupción de un volcán inmediatamente después del shock se produce una fase de reacción, que dura normalmente 2 y 3 semanas tras del hecho. En ella se observa  alta ansiedad, intenso contacto social y pensamientos repetitivos sobre lo ocurrido, así como la aparición de conductas  adaptativas de ayuda. Es frecuente que, inmediatamente después del impacto, la gente se movilice.
  • Fase de adaptación y reconstrucción. Alrededor de dos meses después de la catástrofe, se da una fase de adaptación, que se caracteriza por actividades  de organización social y reconstrucción de la vida cotidiana. En este periodo la gente tiene que aprender a vivir con una cierta normalidad y reconstruir sus proyectos vitales a pesar del impacto de la situación vivida. Hay cuatro aspectos clave  desde el punto de vista  de los afectados  que deben tenerse en cuenta, a saber: el proceso de duelo, el miedo frente a la incertidumbre del futuro, la sobrecarga por los trabajos de reconstrucción, y la superación de la condición de víctimas.

Las respuestas ante las catástrofes se caracterizan por el estrés y la resiliencia. Las catástrofes provocan ansiedad y depresión, además de un conjunto de síntomas específicos que se han unificado  en el denominado síndrome de estrés postraumático (PTSD). Muchas de las reacciones y efectos  que presentan las comunidades  afectadas, y que a menudo se describen en términos de síntomas o problemas psicológicos, pueden ser problemas frecuentes  frente a situaciones anormales. Tras sufrir terremotos, huracanes o inundaciones se constató que la presencia del conjunto de síntomas del estrés postraumático tiene una incidencia entre 1% y el 14% sobre la población afectada. Con respecto a la resiliencia, decir que es un proceso dinámico que tiene por resultado la adaptación positiva en contextos de gran adversidad. Su frecuencia de respuesta  es más elevada (entre el 35% y 55%) que la del trastorno crónico (entre el 10% y el 30%), el demorado (entre el 5% y el 10%) y el de la recuperación (entre el 15% y el 35%). Los gobiernos deberían de valorar la implementación de programas de prevención como algo fundamental y prioritario, los cuales deberían ir dirigidos a la participación colectiva con el objetivo de fomentar la respuesta automática de la población (planes de evacuación y de ayuda, centros preparados para afrontar una catástrofe, etc.). 


BIBLIOGRAFÍA
  • San Juán, C. (2014). Apuntes intervención psico-socio-ambiental en catástrofes. Donostia, Universidad País Vasco/ Euskal Herriko Unibertsitatea. 

PÁGINAS WEB CONSULTADAS 
  • http://digibuo.uniovi.es/dspace/bitstream/10651/17739/3/TFM%20cristina.pdf
  • http://www.sipsych.org/files/6513/5104/2866/Intervencion_Psicosocial_en_Situaciones_de_Desastre.pdf
  • http://www.saludydesastres.info/index.php?option=com_content&view=article&id=330:3-3-amenazas-tecnologicas&catid=100&Itemid=602&lang=es

PRÁCTICA DE AULA 4

PERCEPCIÓN, GESTIÓN Y COMUNICACIÓN DE RIESGOS AMBIENTALES

Los seres humanos del siglo XXI somos herederos de un planeta devastado, que se manifiesta en diversos problemas ambientales como: el cambio climático global, la deforestación, la desertificación, la pérdida de la biodiversidad y la pérdida de los mantos acuíferos. Problemas que profundizan la desigualdad entre los países más industrializados y los países dependientes. Tenemos que ser conscientes de la huella mundial que dejamos en nuestro planeta: “hoy la humanidad utiliza el equivalente de 1.4 planetas cada año. La tierra necesita un año y cinco meses para regenerar lo que utilizamos en un año”.

Hoy en día, a pesar de una aparente preocupación por el medio ambiente, a las personas les es  difícil asumir compromisos. Thompson y Barton (1994) señalan que a pesar de nuestros valores a favor del medio ambiente, resulta difícil cambiar nuestras conductas, especialmente si implica sacrificio o incomodidades. He aquí pues la Hipótesis inconsistencia Actitud – Conducta, la cual aporta algunas razones para explicar por qué a la humanidad le cuesta asumir esos compromisos:
  • La creencia de que los sistemas naturales de la tierra son flexibles y no pueden ser alterados por la actividad humana.
  • La falta de evidencia directa de que el desarrollo se está convirtiendo en insostenible y que ello presenta una seria amenaza para el futuro de la humanidad (está cambiando…).
  • Negación de la responsabilidad individual en las consecuencias negativas de la actividad humana.
  • La ausencia de soporte social o cualquier otro tipo de sistema de refuerzo que motive la necesidad de cambios.
  • Excesiva información, contradictoria e incierta acerca de la naturaleza de las supuestas amenazas ecológicas y sociales y sobre la efectividad de las políticas y cambios conductuales para neutralizarlas. 

Deberíamos de tomarnos este problema en serio y empezar a mantener conductas  ecológicas responsable: acciones que intencionalmente buscan contribuir a la protección de los recursos naturales o, al menos, a la minimización del deterioro ambiental (Grob, 1990), haciendo uso de acciones colectivas organizadas, de utilizar conductas asociadas a la conservación de recursos y conductas relacionadas con la gestión y reciclaje de residuos. Por todo ello, el reto para el psicólogo ambiental en este campo consistiría en:
  • La dimensión comportamental como dimensión fundamental en las soluciones de los problemas ambientales sitúa a la Psicología Ambiental como disciplina clave.
  • Conducta Ecológica Responsable: Implica entender las consecuencias ambientales que conlleva la actividad humana y actuar en consecuencia.
  • Las estrategias de cambio conductual están condicionadas por el hecho de que las consecuencias y el refuerzo del comportamiento son inciertos y remotos.
  • Nuestro objeto de estudio es un conjunto amplio y complejo de conductas y con consecuencias muy diversas.

Por otra parte, también hay que tener presente el excesivo hacinamiento que sufrimos en la actualidad. El hacinamiento es un estado subjetivo provocado por la experiencia psicológica originada por la demanda de espacio por parte del sujeto y que excede de la disponible (Stokols, 1972). Con el aumento de personas, los recursos comienzan a agotarse  y el medio ambiente  se deteriora aún más. La supervivencia  del ser humano depende, en gran medida,  de la existencia de una homeostasis  general entre el hombre y su medio. El Modelo Psicosociológico de Equilibrio de Stokols (1972b), postula los siguientes principios:
  • El hacinamiento se debe a la percepción  de un control  insuficiente  sobre el ambiente.
  • El hacinamiento produce el deseo de aumentar el espacio físico y psicológico.
  • El hacinamiento será más intenso, persistente, y difícil  de resolver cuando  el sujeto no pueda incrementar el espacio  de que dispone  ni se valga de las habilidades  oportunas para minimizar  la amenaza a su seguridad.

Centrándonos más en esta práctica de aula, es primordial atender algunos puntos clave. En primer lugar mencionar que existen una serie de factores que influyen en la percepción de riesgos ambientales como pueden ser: riesgos voluntarios, atribución de culpa, familiaridad, conocimiento, medios de comunicación, memoria de eventos salientes, temor, controlabilidad, equidad, confianza, grupos vulnerables… Además, también nos encontramos con estrategias de afrontamiento individuales: emocionales (dirigidas al control de las emociones); cognitivas (negación, racionalización, aceptación); y conductuales (buscar información, buscar ayuda, tratar de influir en reducir el riesgo, evitación). Por último, no olvidemos mencionar efecto NIMBY (Not In My Back Yard), considerado como la reacción que se produce entre determinados ciudadanos que se organizan para enfrentarse a los riesgos que supone la instalación en su entorno inmediato de ciertas actividades o instalaciones que son percibidas como peligrosas o debido a sus externalidades, pero sin oponerse a las actividades en si mismas.

Ahora bien, en la práctica de aula debíamos de hacer una reflexión grupal acerca del cambio climático (¿Qué factores nos pueden hacer percibirlo como riesgo?¿Cuáles harían que no lo percibamos como tal? ¿Qué estrategias crees que usan las personas ante los riesgos que puede suponer el cambio climático?), y a cerca de las antenas de telefonía y teléfonos móviles (¿Qué factores nos pueden hacer percibirlas como riesgo? Si ante la posible colocación de una antena se produce el efecto NIMBY, ¿cómo mejorarías la aceptación del proyecto en función de las claves que proponen Pol et al.?). Nuestras conclusiones al respecto fueron las siguientes:

Cambio climático:  

Los factores que pueden favorecer la percepción de riesgo en los individuos son: 
  • La existencia de efectos a largo plazo debido a la incertidumbre. 
  • La ausencia de conocimiento.
  • La memoria de eventos salientes, como el terremoto de Haití de 2010.
  • El desacuerdo entre expertos, que genera desconfianza de la información. 
  • Temor a las posibles consecuencias. 
  • Transmisión de información por los medios de comunicación. 

Por otro lado, los posibles factores que pueden fomentar la no percepción de riesgo en los individuos: 
  • Confiar en las medidas que toman los departamentos de control del medio ambiente. 
  • Pensar que son riesgos voluntarios y que pueden solucionarse por medio de la movilización de sujetos, por lo que es necesaria una concienciación colectiva. 

En cuanto a las estrategias de afrontamiento individual, pensamos que las más adecuadas serían:
  • Emocionales: procurando controlar las emociones para evitar la aparición de la impotencia.
  • Cognitivas: negación (evitación del conflicto); racionalización (personas que consideran más importante el desarrollo de la sociedad que el mantenimiento del planeta); aceptación (activistas que buscan apoyo social para conseguir la reducción de las conductas que aumentan los riesgos ambientales). 
  • Conductuales: tratando de influir reduciendo el riesgo y a través de la búsqueda de información.

Antenas de telefonía y teléfonos móviles:

En este caso, los posibles principales factores que pueden favorecer la percepción de riesgo en los individuos serían:
  • Miedo a los efectos que puedan ser perjudiciales para la salud. 
  • Rechazo por ideología.
  • Medios de comunicación.
  • Desconfianza en la tecnología y en el mantenimiento de las instalaciones.

Si ante la posible colocación de una antena se produce el efecto NIMBY, mejoraría la aceptación del proyecto en función de las siguientes claves:

  • Aportar información objetiva y fiable sobre el riesgo, la preservación de los valores colectivos y la identidad de grupo.
  • Facilitar un debate abierto sobre las formas de gestión y soluciones factibles. De este modo se podría evitar el rechazo por razones ideológicas.
  • Proporcionar información equilibrada para grupos específicos para evitar la percepción de inquietud.
  • Asegurar la aplicación BTA y la renovación tecnológica continua. Compromiso en obtener sistemas de certificación ambiental homologados y prestigiosos. Comisiones participas de seguimiento y control. Todo esto ayudará transcendentalmente a evitar la aparición de la desconfianza en la tecnología  y en la capacidad de mantenimiento  de las instalaciones.
  • Administraciones de de canales de participación real y efectiva en las decisiones.
  • Trabajar sobre la vertebración social y los valores ambientales compartidos.
  • Incrementar la cooperación y la cohesión  del grupo reactante. A la larga puede facilitar la negociación.
  • Información y participación por target  groups. Cuantos más agentes sociales entienden la necesidad, menos efecto NIMBY.



BIBLIOGRAFÍA 
  • Amérigo, M., & Aragonés, J. I. (Coordinadores); (2010). Factores físicos medioambientales (págs. 78-88). Madrid: Pirámide. 
  • Amérigo, M., & Aragonés, J. I. (Coordinadores); (2010). Hacinamiento (págs. 148-161). Madrid: Pirámide.
  • Vozmediano, L.; (2014). Apuntes Psicología Ambiental (tema 4).Donostia, Universidad País Vasco/ Euskal Herriko Unibertsitatea.
  • Vozmediano, L.; (2014). Apuntes Psicología Ambiental (tema 5).Donostia, Universidad País Vasco/ Euskal Herriko Unibertsitatea.

PÁGINAS WEB CONSULTADAS 
  • http://www.osakidetza.euskadi.net/r85-cksalu10/es/contenidos/informacion/sanidad_ambiental/es_1249/adjuntos/incineracion/incineracion.pdf
  • http://www.redalyc.org/pdf/311/31121072004.pdf