lunes, 12 de enero de 2015

PRÁCTICA DE AULA 6

EDUCACIÓN AMBIENTAL

Cuidar el ambiente es cuidar la vida. Con la celebración  de la Cumbre de Río  en 1992, la educación ambiental se define, desde la perspectiva del desarrollo sostenible, como el proceso de aprendizaje permanente, basado en el respeto  a todas las formas de vida. Tal educación afirma  valores y acciones que contribuyen  a la transformación humana y  social con el fin de conseguir  la preservación ecológica. También la educación ambiental  estimula la formación  de sociedades socialmente justas  y ecológicamente equilibradas, que establecen entre sí relaciones de interdependencia  y diversidad. La preocupación  por el gran problema ambiental  de la humanidad, el cambio climático y su dimensión social motiva el desarrollo  de uno de los hitos centrales, la Conferencia de Kyoto (1997), donde se adoptó el Protocolo  que desarrolla el Convenio  Marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático.

La educación ambiental tiene diversos objetivos. Uno de los catálogos  de objetivos  de la educación ambiental  más aceptados  entre los expertos  es el producido  por el Seminario Internacional  de Educación Ambiental  celebrado en Belgrado  en 1975, en el que se incluyen:
  • Toma de conciencia. Ayudar a las personas y a los grupos sociales a que adquieran mayor sensibilidad  y conciencia del medio ambiente en general y de los problemas conexos, y a mostrarse sensibles a ellos.
  • Conocimientos. Ayudar a las personas y a los grupos sociales a adquirir una comprensión básica  del medio ambiente en su totalidad.
  • Actitudes. Ayudar a las personas y a los grupos sociales  a adquirir valores sociales.
  • Aptitudes. Ayudar a las personas y a los grupos sociales  a adquirir las aptitudes necesarias  para resolver los problemas ambientales.
  • Capacidad de evaluación.  Ayudar a las personas y a los grupos sociales a evaluar las medidas y los programas  de educación ambiental  en función de los factores ecológicos, políticos, ecológicos, sociales, estéticos y educacionales.
  • Participación. Ayudar a las personas y a los grupos sociales a que desarrollen su sentido de la responsabilidad y a que tomen conciencia de la urgente necesidad de prestar atención  a los problemas del medio ambiente.

Es transcendental llevar a cabo programas de educación ambiental para promover cambios conductuales en las personas para conseguir vivir en un planeta lo más libre de daños ecológicos posible. Desde mi punto de vista, La educación tiene que iniciarse lo más pronto posible ya que de esta manera, si los niños son capaces de identificar y solucionar problemas ambientales en edad temprana, podrán continuar con ello en la edad adulta y ser capaces de tomar decisiones, dando posibles respuestas a la problemática que tenemos en la actualidad. Además es imprescindible que los niños se sensibilicen con el medio y cojan hábitos sostenibles ya que el concepto de Desarrollo Sostenible les afecta a ellos y tendrán que ser capaces de racionalizar sus recursos para no comprometer los de futuras generaciones. Por ello, a continuación expongo un esbozo  de lo que podría ser un programa de educación ambiental   dirigido a los más pequeños, para promover C.E.R.:
  • Título: “Salvemos el Planeta”
  • Destinatarios: niños y niñas de entre seis y doce años de edad que participan en un campamento de verano de veinticinco días de duración, puesto en marcha por el Ayuntamiento.
  • C.E.R. que se pretenden promover:
    • Explicar a los niños los efectos negativos que provoca el mal uso de los recursos del planeta y conseguir que sean conscientes de ello.
    • Aprendizaje de conductas para el uso responsable del agua ("el agua que tires hoy, es el que vas a necesitar mañana”); del reciclaje (“proceso donde materiales de desperdicio son recolectados y transformados en nuevos materiales que pueden ser  utilizados o vendidos como nuevos productos o materias primas”) y enseñanza de sus beneficios; de la energía (ahorro de la energía en el hogar), de la energía solar y eólica; del mantenimiento de los seres vivos del bosque (plantas, árboles,…).
    • Mantenimiento de las conductas ecológicas aprendidas.
  • Objetivos concretos
    • Concienciar a los pequeños de los problemas ambientales y mostrarse sensibles ante ellos.
    • Fomentar interés en la participación y mejora del medio.
    • Desarrollar la capacidad de los pequeños de informarse acerca de cosas que no saben del medio que les rodea.
    • Ampliar los conocimientos del entorno próximo, llevando a cabo actividades relativas a la Energía, Paisaje, Aire, Agua y la Vida Silvestre.
La finalidad última sería que los niños hayan aprendido a llevar a cabo las conductas sostenibles adecuadas.
  • Variables predictoras de la C.E.R.: información concreta y compromiso personal.
  • Actividades que permiten trabajar sobre esas variables: entre otras, las actividades que se pretenden llevar a cabo serían:
    • Construye tu propio invernadero.
    • Construye tu propio termómetro.
    • Construye tu propia base terrestre.
    • Vamos a plantar árboles.
    • Construye tus propias papeleras de reciclaje.
  • Evaluación: durante el campamento, los niños escribirán cada noche en un diario (facilitado por los monitores del campamento), tanto las actividades que han realizado cada día como los conocimientos que han ido adquiriendo, y el último día, los monitores recogerán esos diarios y realizarán una actividad especial: formarán grupos entre los niños y llevarán a cabo un concurso de preguntas a cerca de las actividades que han estado llevando a cabo y de los conocimientos que han ido impartiendo entre los pequeños. De esta manera podrán confirmar que los niños han ido adquiriendo las competencias esperadas.

La Educación Ambiental puede ser vista como una actividad divertida para los niños, procurando que adquieran conocimientos sobre su entorno y aprendan a respetarlo para que en un futuro sean capaces de gestionar de la mejor manera sus actividades para que éstas sean menos perjudiciales para el medio ambiente. Pero no debemos olvidar, que para que estas conductas perduren en el tiempo, tanto los padres como los colegios, tienen la responsabilidad de seguir fomentando la educación de los niños ayudándoles a comprender el medio ambiente y realizando actividades como las planteadas en el programa.



BIBLIOGRAFÍA 
  • Amérigo, M., & Aragonés, J. I. (Coordinadores); (2010). Psicología Ambiental (págs.335-351). Madrid: Pirámide. 

PÁGINAS WEB CONSULTADAS 
  • http://www.magrama.gob.es/es/ceneam/
  • http://www4.ujaen.es/~spuertas/Private/Tema%209.pdf



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