lunes, 12 de enero de 2015

PRÁCTICA DE AULA FINAL

ANÁLISIS DE UN CASO REAL DESDE UNA PERSPECTIVA AMBIENTAL (Y MULTIDISCIPLINAR) 

En primera instancia, aclarar que el artículo que he escogido para la realización del análisis de caso es el siguiente: “Expertos advierten a países de planear la migración en función del cambio climático”, disponible en el Anexo III, responde a las perspectivas de la psicología ambiental, la psicología de la multiculturalidad, la psicología política y la psicología psicosocial.

"Las catástrofes naturales desplazan a 10 veces más personas que todos los conflictos y guerras en el mundo juntos", palabras de Jan Egeland, jefe del Consejo Noruego de Refugiados, que dirige el Centro de Vigilancia de Desplazamientos Internos (IDMC) en Ginebra. Las catástrofes naturales se definen, desde el ámbito de la psicología ambiental, como crisis que afectan a toda una comunidad, ante la cual se necesita ayuda externa y que provoca la destrucción de las estructuras sociales. Debido a causas antropogénicas, el número de desastres naturales se ha multiplicado por cuatro en las últimas décadas, dejando una media de 25 millones de desplazados anualmente, siendo los huracanes, las inundaciones o los terremotos, los desastres naturales que mayores consecuencias inmediatas tienen sobre la población. Por otra parte, una definición clásica, ampliamente aceptada y que se centra en los efectos sociales más que en las características ambientales de la catástrofe, es la propuesta por Fritz (1961), que la describe como “cualquier hecho agrupado en el tiempo  y en el espacio, en el que una sociedad o una parte relativamente autosufiente  de la misma, vive un peligro severo, pérdidas humanas y materiales, y en el que la estructura social  se rompe y la realidad de todas o algunas  de las funciones esenciales de la comunidad se ve inhabilitada”.

Como bien se afirma en el artículo, “las previsiones de los principales climatólogos aseguran que el aumento del nivel del mar, las olas de calor, las inundaciones y sequías relacionadas con el calentamiento global probablemente obliguen a millones de personas a desplazarse fuera de peligro, y algunos no podrán volver”. En la actualidad, los expertos aseguran que la población que debe abandonar su lugar de origen por problemas generados por las catástrofes naturales, es superior a los desplazados por conflictos bélicos, causas políticas o socioeconómicas. A este nuevo tipo de migrantes se les conoce como “desplazados ambientales” y la razón de su desalojo se explica por el resultado devastador que un fenómeno natural tiene sobre su territorio habitual de residencia. La localización de un asentamiento humano en una zona de riesgo  o donde se acontecen episodios naturales extremos, puede traer consigo daños irreversibles para las viviendas, las infraestructuras o los equipamientos, dejando, muchas veces, una única vía de salida a sus habitantes: la migración (“los datos del IDMC muestran que 22 millones de personas se desplazaron en 2013 a causa de acontecimientos extremos, encabezados por el tifón Haiyan en Filipinas, tres veces más que el número de desplazados por los conflictos. En muchos otros años, el ratio era mucho más amplio”).

Ahora bien, el problema es políticamente sensible en un momento en que la austeridad económica contiene la generosidad de los gobiernos receptores y mientras el sentimiento antiinmigración crece en muchos países, especialmente en Europa. Los gobiernos necesitan planificar mejor la creciente migración a causa del cambio climático. Uno de los efectos más severos que nos podemos encontrar es la migración forzosa, movimiento de población fuera de su lugar de origen o de residencia habitual, de carácter temporal o permanente y por lo general a gran escala, que tiene un carácter involuntario, es decir, es motivado por la presión o amenaza de factores externos actuando aisladamente o en conjunción. De acuerdo con Speare: “en el sentido más estricto, la migración puede ser considerada como involuntaria sólo cuando una persona es físicamente transportada de un país y no tiene ninguna oportunidad de escapar de los que la transportan. Migración en circunstancias de peligro personal, incluso con la amenaza inmediata a la propia vida, contienen un cierto elemento voluntario, siempre hay una opción para escapar a otra parte del país, esconderse o permanecer en el país con la esperanza de evitar la persecución”

También debemos añadir que las respuestas ante las catástrofes naturales se caracterizan por el estrés y la resiliencia. Las catástrofes provocan ansiedad y depresión, además de un conjunto de síntomas específicos que se han unificado  en el denominado síndrome de estrés postraumático (PTSD). Muchas de las reacciones y efectos  que presentan las comunidades  afectadas, y que a menudo se describen en términos de síntomas o problemas psicológicos, pueden ser problemas frecuentes  frente a situaciones anormales. Tras sufrir terremotos, huracanes o inundaciones se constató que la presencia del conjunto de síntomas del estrés postraumático tiene una incidencia entre 1% y el 14% sobre la población afectada. Con respecto a la resiliencia, decir que es un proceso dinámico que tiene por resultado la adaptación positiva en contextos de gran adversidad. Su frecuencia de respuesta  es más elevada (entre el 35% y 55%) que la del trastorno crónico (entre el 10% y el 30%), el demorado (entre el 5% y el 10%) y el de la recuperación (entre el 15% y el 35%).

Los desastres naturales tienden a aumentar en número, lo cual implica que exista mayor demanda de ayuda que oferta para el restablecimiento de las comunidades afectadas. Hay una fuerte tendencia a las intervenciones centradas en las personas (enfoques comunitarios). Los modelos basados en este tipo de intervención buscan empoderar a los individuos y a las comunidades afectadas por los desastres, con el fin de que puedan integrarse a las actividades de ayuda y desarrollo promovidas por profesionales e instituciones. Se encontró una fuerte tendencia a orientar la intervención psicosocial hacia las potencialidades y hacia la participación comunitaria. Además, en este campo, nos encontramos con una trayectoria que muestra las siguientes fases en relación a las catástrofes naturales:
  • La fase previa. Normalmente existe una  fase de estado previo que se caracteriza por el grado de preparación de las autoridades y de la comunidad para afrontar la catástrofe. Este momento tendría también  un carácter educativo, donde se trataría de favorecer una cultura preventiva. En la fase previa al impacto del hecho negativo, y en sus primeros momentos, es muy frecuente que las autoridades  nieguen o minimicen la amenaza.
  • La fase de alerta. Está delimitada entre el anuncio del peligro  y la aparición de la catástrofe. Este periodo se caracteriza por señales de alerta  que dan lugar a un estado  de ansiedad útil, es un tiempo para tomar en consideración las medidas de protección. Sin embargo, esta fase es gestionada sin instrucción e informaciones precisas, puede dar lugar a la propagación de rumores.
  • Las fases de shock y reacción. La fase se shock, breve y brutal, corresponde a una alteración afectiva, sensación de irrealidad, suspensión de las actividades cotidianas y desconcentración de la atención. Según las investigaciones longitudinales sobre las respuestas a catástrofes como la erupción de un volcán inmediatamente después del shock se produce una fase de reacción, que dura normalmente 2 y 3 semanas tras del hecho. En ella se observa  alta ansiedad, intenso contacto social y pensamientos repetitivos sobre lo ocurrido, así como la aparición de conductas  adaptativas de ayuda. Es frecuente que, inmediatamente después del impacto, la gente se movilice.
  • Fase de adaptación y reconstrucción. Alrededor de dos meses después de la catástrofe, se da una fase de adaptación, que se caracteriza por actividades  de organización social y reconstrucción de la vida cotidiana. En este periodo la gente tiene que aprender a vivir con una cierta normalidad y reconstruir sus proyectos vitales a pesar del impacto de la situación vivida. Hay cuatro aspectos clave  desde el punto de vista  de los afectados  que deben tenerse en cuenta, a saber: el proceso de duelo, el miedo frente a la incertidumbre del futuro, la sobrecarga por los trabajos de reconstrucción, y la superación de la condición de víctimas.


Por último, remarcar que, dentro de la psicología psicosocial, existe la denominada psicología comunitaria, la cual,  aborda y hace hincapié en la consecución de las siguientes directrices:

a)  La información sobre la realidad de la catástrofe  y sobre los esfuerzos  para restablecer la seguridad.
b) Re-establecer  y facilitar las actividades culturales y religiosas, en particular los ritos funerarios y actos religiosos.
c) Re-establecer y mantener tan pronto lo permita la situación  y los recursos, las actividades educativas y recreativas, formales e informales, de niños y adolescentes.
d)  Facilitar que los adolescentes y adultos participen  en actividades  concretas, con un interés común, como puede ser la colaboración en las tareas de rescate.
e) Posibilitar que las personas aisladas, viudos, niños separados de sus padres y huérfanos, ancianos, o que se han quedado sin familia, tengan acceso a actividades que les permitan  insertarse  en redes sociales.
f)   Agilizar, cuando sea posible, la reunificación de las familias y comunidades.
g)  Por último, la comunidad debe de ser consultada con respecto a las decisiones sobre donde ubicar los locales religiosos, las escuelas, los centros de salud y los puntos de abastecimiento.


PÁGINAS WEB CONSULTADAS
  • http://es.reuters.com/article/topNews/idESKBN0KH1M720150108?sp=true (Artículo base del análisis del caso)
  • http://www.pensandoelterritorio.com/desastres-y-catastrofes-naturales-la-causa-de-los-desplazamientos-y-las-migraciones-del-futuro/ 
  • http://www.uasb.edu.ec/UserFiles/369/File/PDF/CentrodeReferencia/Temasdeanalisis2/derechosdelanaturaleza/articulos/temacentral/Gomez.pdf
  • file:///C:/Users/Airi/Downloads/Dialnet-ModelosDeIntervencionPsicosocialEnSituacionesDeDes-4865184.pdf


No hay comentarios:

Publicar un comentario